Ray, ¿alguna vez la gente te pide permiso para tocar tu (épico) pelo?
Ray. Sí. Y es raro.
Gerard. Se acercan, con una mano en alto, diciendo “¿Puedo, por favor…?” y antes de que terminen la pregunta, ya lo están haciendo.
Ray. No lo entiendo. No estoy seguro de ver la emoción de que me toquen el pelo.
Gerard. Tu pelo es parte de tu encanto, amigo.
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